Una verdadera disculpa.

Cuando tú y tu pareja discuten o se lastiman, ¿se disculpan? ¿Alguna vez recibiste una disculpa que parecía como si te estuvieran echando la culpa?

Echemos un vistazo sobre lo que verdaderamente es una disculpa.

Esto no es una disculpa:

Lo siento pero…
No es mi culpa.
Estás siendo demasiado sensible.
Te amo.
Sigamos adelante…
Solo dejalo ir.
Sólo dije eso porque…
Sabes que no fue mi intención.

Esto si es una disculpa:

Lo lamento.
No quise hacerte sentir así, te pido disculpas.
Lo siento, ¿cómo puedo mejorarlo?
No me di cuenta, lo siento.
Yo debería _. Lo lamento.
Lo hice mal y lo siento. Lo haré mejor.

¿Estás un poco sorprendido por esto? Quizás sea hora de reconsiderar tus disculpas.

La próxima vez que te disculpes, concéntrate en hacerlo de forma sincera e incondicional. El objetivo es aceptar la responsabilidad que tienes en la situación, asegurarte de que tu pareja se sienta escuchada y comprendida, reparar y seguir adelante juntos.

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