Probablemente hayas escuchado el consejo de «nunca irse a la cama enojado». Pero las investigaciones de Gottman demuestran que a veces lo mejor es hacer una pausa, calmarse y retomar el tema más tarde.
Cuando las parejas pausan una discusión acalorada, incluso de un día para otro, suelen regresar con la mente más despejada, el cuerpo más tranquilo y una comunicación más respetuosa.
Los descansos pueden ser saludables. Pausar una discusión le da tiempo al cuerpo para calmarse, lo que facilita la resolución posterior.
Sin embargo, la perspectiva positiva es importante. Las parejas que se apoyan con frecuencia y construyen buena voluntad se sienten más seguras al dejar el conflicto sin resolver de la noche a la mañana.
Es importante conocer las preferencias de tu pareja. Algunas parejas necesitan tranquilidad durante una pausa. Un simple «Te quiero, lo solucionaremos más tarde» puede marcar una gran diferencia.
Establece un plan. Si pausas un
conflicto, acuerden cuándo volverán a abordarlo para que ambos se sientan seguros y escuchados.
No es necesario resolver todo de inmediato. Lo que más importa es mantenerse conectado, demostrar compromiso y saber que estamos en el mismo equipo, incluso cuando no estamos de acuerdo.
